El Arte de un genio de los pinceles, la originalidad de un loco de la vida, las increíbles anécdotas de un músico de Rock que difícilmente olvidarás y las aventuras de un artista en toda la extensión de la palabra. Su arte y sus historias te engancharán. Una vez empiezas, ya no hay vuelta atrás.
lunes, 30 de mayo de 2016
Ok, here's your chance to win a unique Harv's Twisted Ink t-shirt of your choice!!! You can check them all here.
One of the newest additions to the Belfast skyline is the now iconic apartments building known as The Boat. It has unique brightly coloured balconies and many windows, which make up the bulk of its exterior façade.
The question is: exactly how many windows were used to construct The Boat's impressive exterior?
The competition will remain open until Wednesday the 1st of June teatime.
Some of you may know the exact number, but even if you don't, simply have a guess!!
Go back to the facebook page www.facebook.com/harvartwork and leave your answer!!
Good luck to everyone!!
Y AHORA, EN ESPAÑOL!!!!!!!!
Esta es vuestra oportunidad de ganar una camiseta única y exclusiva de Harv´s Twisted Ink de vuestra elección!!! Las podéis ver todas aquí.
Una de las nuevas incorporaciones al paisaje de la ciudad de Belfast es el ahora icónico edificio de apartamentos conocido como El Barco. Su exterior se compone de una serie de coloridos balcones y una enorme cantidad de ventanas,
La pregunta es: ¿exactamente cuántas ventanas se utilizaron para construir el impresionante exterior de El Barco?
Algunos de vosotros podréis averiguar la respuesta, pero incluso si no llegáis a encontrarla, !no dudéis en arriesgaros a adivinarla!! Todos los participantes optarán al premio.
La competición permanecerá abierta hasta el miércoles 1 de Junio a mediodía!!
Entrad en la página de facebook www.facebook.com/beatriz.guijarroaraque ó en www.facebook.com/TwistedBea e indicad allí vuestra respuesta.
Mucha suerte a todos!!!
Bea H.
sábado, 28 de mayo de 2016
Junto con el dibujo de hoy representando a Biff Byford, cantante del grupo de heavy metal inglés Saxon y actualmente en posesión de su propio retrato, contaremos una divertida e increíble (pero cierta) historia que narra, entre otras cosas, cómo Harv se hizo cantante además de unas anécdotas muy curiosas que rodean a este evento.
Era el verano de 1983,
cuando Harv tenía 19 años. Él y sus amigos se enteraron de que Thin Lizzy, una
de sus bandas favoritas, iban a dar su último concierto (por aquel entonces
cuando una banda decía que daba su último concierto solía ser cierto, no como
hoy en día, que los grupos dan su último concierto unas dos veces al año
durante varios años) y este iba a tener lugar en el festival Reading, en
Inglaterra. Para llegar hasta el festival él y sus amigos tenían que alquilar
un coche, hacer un viaje en barco desde Belfast a Escocia y una vez allí
conducir hasta Reading. Para costearse este viaje Harv vendió algunas de sus
posesiones más preciadas, como un cinturón de Motorhead y se dedicó a pintar en
las partes traseras de las cazadoras vaqueras de sus amigos dibujos y logos de
bandas como Iron Maiden, Ozzy, UFO, etc. a cambio de dinero.
Os dejo aquí una foto de Harv de la época, con una de sus creaciones. Todos los dibujos de la cazadora que lleva están hechos con óleos. (Nótese el peine en el bolsillo trasero del pantalón al más puro estilo John Travolta).
Os dejo aquí una foto de Harv de la época, con una de sus creaciones. Todos los dibujos de la cazadora que lleva están hechos con óleos. (Nótese el peine en el bolsillo trasero del pantalón al más puro estilo John Travolta).
Los padres de Harv se
habían ido una semana de vacaciones a España y habían dejado a Harv y a su
hermano Robert casi dos años menor que él a cargo de la casa. Harv temía dejar
solo a su hermano aquellos tres días que duraba el festival porque si él era un
“golfo”, su hermano pequeño lo era MUCHO MÁS. Robert, para ganarse la confianza
de Harv y que se fuera tranquilo se portó increíblemente bien los días
anteriores al viaje y Harv pensó que quizás le había juzgado mal.
El jueves a las 10 de
la mañana los amigos de Harv le recogieron en su casa. Harv se montó en el
coche y desde la ventanilla le gritó a su hermano que se portara bien y sobre
todo que no llevara chicas a casa, pues sus padres habían especificado esta
condición y no querían recibir llamadas de los vecinos diciendo que sus hijos
habían llevado ninguna chica a su casa.
A los diez minutos de
ir conduciendo Harv se acordó de que se había dejado en la entrada de la casa su revista
de Kerrang con un artículo que quería enseñarle a sus amigos, de modo que dieron la vuelta y volvieron a su casa para
recoger la revista. A las 10.20 de la mañana, veinte minutos después de haber
salido, el coche aparcaba frente a la casa de Harv. Cuando abrió la puerta de
su casa vio salir disparada de la cocina a una chica completamente desnuda que
cruzó el salón sin mirarle y subió por las escaleras hacia el piso de arriba. A
los pocos segundos salió su hermano de la cocina, también completamente
desnudo, cruzó el salón y antes de subir las escaleras se
quedó mirando a Harv, Harv le miró a él y en silencio cogió su revista, cerró
la puerta y se fue.
De camino a Inglaterra,
conduciendo desde Escocia, decidieron pararse en un lugar donde había un lago
pues les apetecía lanzarse al agua y nadar un rato. El lago estaba rodeado de
un muro, una alambrada y un sinfín de carteles que decían “Prohibido pasar”, “Zona
privada”, etc. Como buenos adolescentes decidieron no hacerle ni caso a las
advertencias, saltar el muro y lanzarse al agua. Pocos minutos después
comenzaron a pasar rozándoles la cabeza varios aviones a reacción, casi acabando con su vida, pues los aviones volaban a ras del agua. ¡Se habían
colado en un lugar donde el ejército estaba probando a qué distancia del agua
podían volar los aviones a reacción!! En pocos minutos estaban rodeados de
soldados con metralletas gritándoles que salieran del agua; les hicieron andar
desnudos como estaban hasta la puerta principal del recinto. Sin molestarse si
quiera en abrirles la puerta les hicieron saltar por encima del muro y cuando
estaban al otro lado les tiraron la ropa de la misma manera, gritándoles por
supuesto que no querían verles nunca más por allí.
Sin más aventuras
dignas de mención llegaron al festival Reading y montaron su tienda de campaña.
Una tienda de campaña minúscula donde se metieron cinco tíos y en la que tenían
que dormir unos tirados encima de los otros. Aquellos cinco eran Harv, Kirky,
Greggsie, Ronnie y Jackie. Cuando se estaban preguntando dónde podrían ir a
conseguir bebida para pasar el fin de semana escucharon un estruendo y unos
gritos; un coche-tartana de colores chillones se acercaba echando humo por el
tubo de escape y pegando petardazos, la carrocería cayéndose a pedazos y el
maletero abierto. Harv dice que le recordaba a los coches que sacaban los
payasos en los circos antiguos. Dentro del maletero iba un hombre que gritaba “¡Tengo
Scrumpy!”. El Scrumpy es una especie de sidra que se comercializa en la zona oeste
de Inglaterra y que ya de por sí es bastante letal. Cuando se acercaron al
coche vieron que este hombre llevaba diez garrafas de cinco litros cada una con
lo que él decía era Scrumpy. Se las compraron todas. Antes de irse se acercó a
Harv y le dio un beso en la frente que le asustó pues dice que lo sintió como
si se estuviera despidiendo de él en sus últimos momentos de vida. Quizás no
estaba muy desencaminado.
Para entender lo que
ocurrió después tenemos que contar primero una pequeña historia. Por aquella
época Harv era el bajista de un grupo de rock de nombre Troyan. El cantante de
aquel grupo era un chico llamado Lawrence que tenía una voz espectacular y que
a su vez trabajaba como basurero, yendo con el camión de la basura por la calle
y vaciando los cubos de basura que la gente dejaba en la puerta de sus casas. Troyan
ensayaban todos los viernes por la noche. Una noche, tras esperar durante un
buen rato a que llegara el cantante y viendo que no aparecía, decidieron ir a
buscarle a su casa. Al llegar vieron la puerta abierta y cuando se asomaron
vieron que la madre de Lawrence estaba sentada en una silla, llorando. Desde la
puerta le dijeron “Señora McKee, ¿dónde está Lawrence? Tenemos que ensayar” a
lo que ella contestó “ay chicos, no creo que el pobre Lawrence pueda ir a
ensayar esta noche, ¡ayer le engulló el camión de la basura!”.
Sin poder articular
palabra caminaron de vuelta al local de ensayo y después de un largo silencio
alguien dijo “pues vamos a tener que buscar otro cantante”. Y otro propuso “antes
de poner un anuncio para buscar cantante, ¿por qué no cantamos cada uno de
nosotros una canción y el que mejor lo haga puede postular al puesto de
cantante?”. Así lo hicieron. Se sentaron todos en círculo cada uno con una
botella de sidra y decidieron cantar cada uno una canción. Harv cantó el Touch
Too Much de AC/DC y en ese momento descubrió que podía cantar y todos los demás
estuvieron de acuerdo en que no tenían que buscar más, Harv era su nuevo
cantante.
Pues bien, en honor a
Lawrence decidieron hacer lo mismo en el festival; es decir, sentarse en un
círculo dentro de la tienda de campaña y cantar una canción cada uno, mientras
se bebían el Scrumpy que le habían comprado al hombre del coche ruinoso. A todo
esto, eran las 11 de la mañana. Quizás el hecho de que nada más abrir las
garrafas los efluvios que manaron de allí les hicieran marearse debía haberles
puesto sobre aviso, pero ¿quién piensa con 19 años? Harv cantó la primera
canción mientras todos los demás bebían. A partir de ahí nadie fue capaz de hablar,
mucho menos cantar. Aquella bebida olía y sabía a gasolina y decir esto es
probablemente faltarle el respeto a la gasolina. Aun así ellos siguieron
pegándole tragos a las garrafas y uno a uno fueron cayendo como moscas.
Cuando se despertaron,
todos con un dolor de cabeza espantoso y ganas de morirse, uno de ellos dijo “tenemos
que irnos al festival, ¡a ver si nos vamos a perder a los grupos!”. Miraron el
reloj y vieron que eran las 9 de la noche, o eso creían ellos. Al salir de la
tienda de campaña se dieron cuenta de que la gente estaba desayunando,
lavándose la cara, vistiéndose…Eran las 9, sí, ¡pero las 9 de la mañana! ¡Habían
estado durmiendo casi 24 horas!!
El único que parecía no
despertarse era Kirky, que de algún modo antes de caer en coma profundo había
conseguido despojarse de casi toda la ropa y se encontraba allí tirado dentro
de la tienda vestido solamente con los calzoncillos y los calcetines. Intentaron
despertarle varias veces y no lo consiguieron. No sabían qué le pasaba, sólo sabían
que estaba vivo porque repirar, respiraba.
Los tres amores de la
vida de Kirky eran la cerveza, el tabaco y el guitarrista y cantante Rory
Gallagher. Desde la tienda de campaña se oían tocar a todas las bandas en el
escenario del festival, así como la música que el DJ pinchaba entre banda y
banda. De repente se escuchó la voz de Rory Gallagher y Harv y sus amigos
decidieron entrar de nuevo en la tienda de campaña y zarandear a Kirky gritando
“¡Kirky! ¡Rory Gallagher está cantando en el festival! ¡Es una actuación
sorpresa!”. Esto fue lo único que hizo que Kirky volviera a la vida; todavía en
un estado de semi alerta pegó un bote y salió disparado de la tienda de campaña,
en calzoncillos y calcetines, corriendo como un loco hacia la entrada del
festival y gritando a pleno pulmón “¡Rory! ¡Rory!”. Diez minutos después volvió
escupiendo sapos y culebras y llamando a sus amigos todos los nombres posibles
bajo el sol por haberle engañado y haberle hecho correr por todo el festival,
cruzar las puertas del recinto en calzoncillos y calcetines a las 10 de la
mañana, para descubrir que lo que sonaba era un disco que el dj había pinchado
para comenzar el día.
A lo largo de la mañana
se fijaron que cerca de donde estaban ellos habían llegado cuatro personas y estaban montando una tienda de campaña. Un tío enorme de casi dos metros de altura y hechuras
de vikingo, una chica muy guapa que era su novia a la que Harv no podía dejar
de mirar y otros dos amigos más. El tío grande estaba clavando los clavos de la
tienda de campaña al suelo utilizando un hacha enorme para golpearlos y
clavarlos en la hierba. Los dos grupos se hicieron amigos y bebieron juntos
aunque nunca intercambiaron nombres. Se fueron juntos al festival a ver a los
grupos y la novia del gigante y Harv estuvieron tonteando. Esa misma noche se
reunieron todos alrededor de una hoguera y estuvieron bebiendo y cantando,
hasta que Harv le dijo al grandullón que tenían unas garrafas de Scrumpy, por
si quería probarla. Este dijo que sí y al cabo de un rato el Scrumpy había
hecho su efecto y el enorme novio estaba durmiendo, momento que Harv aprovechó
para perderse un rato con la novia del bello durmiente, digamos que a la luz de
la luna.
No tardaron mucho en
volver, pues temían que alguien les viera o el gigantón se despertara antes de
tiempo y les pillara.
A la mañana siguiente
al despertarse volvieron a juntarse y algunos de ellos, entre
ellos Harv y la chica se fueron al festival a ver a los grupos. Al cabo de un
rato Kirky llegó corriendo y le dijo a Harv “Tío, estás metido en un lio”. Alguien
que les había visto la noche anterior le había contado al gigante que su novia
se estaba besando con otro. El pobre novio no sabía quién era ni de dónde había salido, solo
sabía que se llamaba Harv. De modo que los amigos de Harv decidieron idear un
plan para librarle de un destino no muy envidiable y Greggsie decidió que a
partir de ese momento le llamarían “Tristram”, para que el novio celoso no
supiera quién era Harv. La chica también estuvo de acuerdo en llamarle Tristram
constantemente y por supuesto negar que ella hubiera estado con nadie.
Era el último día de
festival, el domingo y al día siguiente se volvían a Belfast. Nada podía arruinarles
ver a Thin Lizzy. Cuando llegaron a la zona de las tiendas de campaña vieron al
gigante furioso blandiendo el hacha. A Harv se le heló la sangre. Se acercó a
ellos con el hacha en alto y preguntó “¿Alguno de vosotros conoce a un tal
Harv?”. Harv se acercó envalentonado y dijo “No, ¿por qué? ¿Hay algún problema?”.
Uno de sus amigos gritó, para que se oyera bien “¡Tristram cuidado! ¡Tiene un
hacha!”. El gigantón dijo “No te preocupes, esto no va contigo” y les explicó
lo que había ocurrido. Acto seguido cogió a Harv de un hombro y le dijo “¿Sabes
qué, Tristram? ¡Tú me vas a ayudar a encontrarle!”. De modo que durante la siguiente
hora Harv acompañó al gigante, hacha en mano por todo el festival, buscándose
a sí mismo. Le preguntaba a la gente “¿Conoces a Harv?”, temiendo que alguien
le reconociera y dijera “Pues sí, le conozco, ¡eres tú mismo!”.
Y después de una hora
de buscarse a sí mismo y no encontrarse, Kirky le dijo “Tristram, es hora de ir
a ver a Thin Lizzy”. Harv le prometió al gigante celoso seguir ayudándole
después del concierto a buscarse a sí mismo. O a ese tal Harv.
El concierto, el último
concierto que jamás darían Thin Lizzy fue impresionante, el sol poniéndose en
el horizonte con la banda cantando “The sun goes down…”. Todo el mundo se
olvidó de lo que había ocurrido. Todos menos el novio cornudo.
Al terminar el festival
era costumbre que todo el mundo volviera a sus coches, aparcados normalmente al
lado de las respectivas tiendas de campaña y tocaran el claxon durante unos
minutos, en señal de alegría. De vuelta a la zona de la tienda Harv vio como la
chica se acercaba corriendo hacia él. Veía como ella movía la boca gritando
algo pero no podía oírla con el ruido de los coches pitando y pensó “qué bien,
viene a darme un beso de despedida”. Cuando se acercó más oyó que decía “¡Oh
Tristram, Oh Tristram, Oh Tristram! ¡Mi novio ha descubierto que eres Harv! ¡No
vuelvas!”. Cuando miró por encima del hombro de la chica vio horrorizado cómo
aquel tío enorme estaba destrozando la tienda de campaña de Harv y sus amigos
con el hacha, como si fuera el demonio de Tasmania, completamente fuera de sí;
en ese momento les miró y comenzó a correr hacia ellos, destrozando todo a su
paso con el hacha.
Greggsie gritó “¡Harv,
corre!!! ¡CORRE!!! ¡Vete a la entrada del festival y espéranos allí!”. Harv
salió disparado como una flecha con el gigante pisándole los talones. Los amigos
de Harv agarraron todo lo que pudieron (o todo lo que quedaba) de la tienda de
campaña y metiéndolo rápidamente en el coche se fueron en busca de Harv.
Mientras, Harv estaba corriendo en círculo alrededor del recinto de conciertos,
perseguido por su posible asesino que agitaba el hacha en el aire y que
afortunadamente era más lento que Harv. Después de rodear el festival corriendo
diez o quince veces, llegaron sus amigos derrapando en el coche y en marcha
abrieron la puerta trasera. Harv, al más puro estilo 007, se lanzó en plancha a
la parte de atrás del coche cayendo en el regazo de los dos amigos que se encontraban
allí sentados. El coche pegó un acelerón y salieron de allí. Lo último que
escucharon en el festival Reading, antes de salir de forma tan precipitada y
con un día de antelación no fue la música, ni los coches pitando, ni la gente riéndose.
Lo último que escucharon antes de salir de allí fue el golpe sordo de un hacha
clavándose en el maletero del coche.
Nadie esperaba la
vuelta de este grupo de amigos hasta el lunes por la noche o la madrugada del
martes, pero volvieron a Belfast el lunes por la mañana. Decidieron que era muy
pronto para irse a casa, así que Kirky fue a su trabajo a cobrar la paga
semanal y se la gastaron en un pub. Alguno salió un poco perjudicado de esta
visita al pub, como le ocurrió a Kirky, que se quedó dormido en el baño de su
casa con la puerta cerrada con llave y su madre, que no esperaba a su hijo
hasta aquella madrugada y pensando que un extraño se había colado en su baño,
llamó a la policía que a su vez trajo a los bomberos y echaron la puerta del baño
abajo, pegando a Kirky un susto de muerte.
Harv y Greggsie
decidieron seguir la fiesta en el Rosetta, una discoteca muy popular en aquella
época en Belfast. Harv estaba tranquilo porque sabía que sus padres no
volverían de sus vacaciones en España hasta el día siguiente y aún tenía tiempo
de arreglar lo que hubiera hecho su hermano. Al poco rato la puerta del Rosetta
se abrió y los padres de Harv entraron. Muy serios, le preguntaron si él sabía
quiénes eran las 20 personas que se agolpaban en la puerta de su casa cargadas
con cajas de cerveza, pollo, hamburguesas y salchichas y aseguraban que estaban
allí para la barbacoa de Robert.
lunes, 23 de mayo de 2016
Una de las escenas de Irlanda del Norte realizadas por Harv, esta vez se trata de Bushmills, a unos 60 kilómetros de Belfast y famoso por su fábrica de whisky, que es una visita obligada cuando se viaja a Irlanda del Norte.
Precisamente a 10
minutos de Bushmills, en Ballycastle es donde se desarrolla la primera parte de
la siguiente historia. Harv cantaba por aquel entonces en una banda llamada
Renegade, junto con el guitarrista Joe Brush. Su mánager, Maurice,
les había conseguido un bolo en un hotel en Ballycastle, donde tocarían dos
noches seguidas, coincidiendo con una famosa feria que se celebra cada año en
esta localidad, la Lammas Fair. Gente de todas partes de Gran Bretaña acude a
esta feria donde se muestran desde aparejos de granja hasta caballos y ovejas,
pasando por comida típica, grupos de música folk, pintores, magos, etc.
El mánager les
comentó que aparte del caché que cobrarían por cada una de las noches, en el hotel lo
tenían todo incluido, podrían beber y comer todo lo que quisieran, aunque
también les recomendó que durante el día tocaran al aire libre en la feria,
junto con los otros artistas que allí se encontraban, para sacarse un dinero
extra. Harv no quería ir tan lejos a tocar, pero el mánager le convenció
asegurándole que todo estaría incluido y que no tendría que poner nada de su bolsillo. Ellos, evidentemente, no tenían ninguna
intención de tocar en la feria, sino de pasárselo pipa.
Harv se encontraba de camino a
Ballycastle en un coche que se acababa de comprar (el resto de la banda ya había llegado al hotel por su cuenta) cuando de repente otro coche se
saltó un stop y le golpeó de lado. El coche de Harv salió disparado por los
aires dando varias vueltas de campana hasta empotrarse contra un muro. Al cabo
de unos instantes logró salir del coche más o menos ileso aunque tambaleándose
y vio cómo el otro coche estaba boca abajo dando vueltas sobre sí mismo. Cuando
el otro vehículo se detuvo Harv vio que dentro se encontraban un chico joven y una
mujer. Temiendo que fuera a explotar, Harv salió corriendo hacia el coche y
sacó primero al chico joven. Cuando se encontraba sacando a la mujer, esta le
dijo “¡no no, déjame y vete a ayudar al pobre chico que conducía el otro coche!”,
a lo que Harv respondió “Señora, ¡yo soy el pobre chico que conducía el otro
coche!!”.
Por si esto no
fuera suficiente, a pocos metros la policía se encontraba haciendo un control
de reconocimiento (muy popular en aquella época, siempre a la busca y captura
de terroristas) y al oír el estruendo acudieron corriendo, pistolas y rifles de
asalto en mano, creyendo que se trataba de un atentado, apuntando a Harv a la
cabeza y haciendo que se tumbara en el suelo como si fuera un criminal.
Cuando le
hubieron tomado declaración en la comisaría de Ballycastle, cogió un taxi y se
dirigió al hotel, pues su grupo tocaba esa misma noche. No hace falta decir que debido a la traumática
experiencia por la que acababa de pasar, las pintas de cerveza le duraban poco tiempo llenas en la mano.Todo salió estupendamente y después del concierto y como todo
el pueblo estaba de fiesta, se quedaron en el bar del hotel bebiendo y comiendo
y bebiendo otra vez hasta las ocho de la mañana que se fueron a la cama. Todo
estaba incluido, así que allí corría la cerveza, el vodka, el whisky… ¿para qué
iban a privarse de nada, si todo estaba incluido? Al día siguiente se
levantaron para comer y se pidieron lo más caro del menú, regado con un buen
vino, por la noche concierto y vuelta a empezar; una opípara cena, alcohol para
tumbar a un elefante…En fin, todo estaba incluido.
Al día siguiente,
antes de irse se acercaron a la recepción y pidieron hablar con el encargado del
hotel, que era quien debía pagarles el caché. De modo que Harv dijo, “bueno, ¿en
qué se ha quedado la cosa?”, a lo que el encargado del hotel dijo “250 libras
(esterlinas)” – estamos hablando, por cierto, de 1991, cuando esa cantidad de
dinero era bastante alta -. Harv dijo “genial, pero dánoslo en billetes de 20
porque así podemos repartirlo mejor”. El encargado entonces, mirando a Harv
como si fuera un bicho raro, dijo “no me estás entendiendo, sois vosotros
quienes me tenéis que dar a mí 250 libras”. Harv, ojiplático, le dijo que
estaba equivocado, que su mánager le había dicho que les iban a pagar
doscientas libras, a lo que el encargado contestó “sí, esas doscientas libras
ya os las he descontado de vuestra cuenta después de comer y beber, de las
cervezas y las botellas de whisky y de vodka; la cuenta total asciende a 450
libras, de modo que si le descuento las 200 libras que os iba a pagar, me
debéis 250”. Harv, incrédulo, decidió llamar a su mánager, que confesó haberle
llevado engañado sabiendo que si no le decía que todo estaba incluido, no
hubiera ido hasta allí a tocar. También le dijo que la insistencia de que
tocaran en la feria era para que se sacaran un dinero extra y poder hacer frente
a estos gastos que él ya se imaginaba iban a generar en el hotel. En aquel
momento, sin dinero y sin saber cómo salir de aquella, Harv todavía con el
auricular en la oreja, le preguntó a su mánager “¿y qué sugieres que hagamos
ahora?” a lo que el manager, después de una breve pausa, contestó “ ¡CORRED!!”.
Tres segundos más
tarde Harv, seguido por toda su banda corría calle abajo en dirección al coche
del batería, Rab Neil, que se encontraba aparcado cerca del hotel, perseguidos
por el encargado del hotel. Consiguieron escaparse, pero ni que decir tiene que
una semana más tarde llegó a casa de aquel mánager, Maurice, una factura por
250 libras esterlinas procedente de un hotel en Ballycastle.
Un año más tarde, aún con el mismo mánager que se la había jugado ya en
varias ocasiones, Den of Thieves (la nueva banda de Harv con la que grabaría
dos discos) tocaban en Portstewart, muy cerca también de Bushmills. Sin más
contratiempos acabaron el concierto muy contentos y se dirigieron a Donegal,
una localidad que se encuentra en la República de Irlanda, cruzando la frontera
(ahora ya no existe frontera física pero en aquel entonces había que cruzar una
barricada de soldados británicos y pasar un registro). Para quien quiera
comprobarlo en el mapa, la isla de Irlanda es probablemente el único lugar del
mundo donde para ir al sur, hay que subir hacia el norte. Los que se molesten
en mirar un mapa entenderán esta afirmación.
Bien, pues a
Donegal se dirigieron Harv y su banda, armados con un montaje espectacular que
incluía efectos de humo, fuegos artificiales y pirotecnia. Al llegar al hotel
donde iban a tocar (sí, otro hotel) se dieron cuenta de que su audiencia se
reducía a seis personas (incluyendo al barman, que desapareció a los cinco
minutos de que el grupo comenzara a tocar), ninguna de ellas interesadas en el
rock, que se encontraban allí bajo la falsa impresión de que iban a ver tocar a un
grupo de country and western. Un chico y una chica jóvenes que se encontraban
sentados en una mesa tomando una cerveza y dos señores mayores con una señora
de la misma edad. Comenzaron el concierto con sus pelos cardados, sus mallas de
licra y toda la parafernalia pirotécnica. A mitad de la primera canción la
señora se arrodilló y empezó a santiguarse, levantando los brazos hacia el cielo y gritando; su marido intentó agredir a Harv
dándole un manotazo por haber ofendido a su mujer. Otro de los señores allí presentes empezó a
gritar “¡Pero qué mierda es esta!! ¡Que alguien llame a la policía!!” y el
tercer hombre tuvo que ser sacado del hotel a cuestas porque comenzó a ahogarse
cuando el grupo lanzó la primera bomba de humo…
Poco después otro
hombre que salía del restaurante del hotel oyó la música y entró en el bar; iba comiendo patatas fritas (de
freidora, no de bolsa) y tanto le disgustó la actuación que cinco minutos
después les tiró las patatas fritas al escenario con rabia y se fue todo indignado. A los
pocos segundos Harv dejó de oír el bajo y al darse la vuelta para ver qué había
ocurrido, vio al bajista Pete MacKen comiéndose las patatas fritas a dos manos.
Harv, indignado, le dijo “¿no es repugnante esto que nos acaban de hacer?” a lo
que Pete respondió “ya te digo, el tío podía haberle puesto algo de sal y
vinagre a las patatas, ¡están sosísimas!”…
- - Pausa
aquí para indicar que Pete MacKen pasará a los anales de la historia por haber
intentado utilizar su foto en la contraportada de un cd de Den of Thieves como identificación
personal para subir a un avión. No hace falta que diga que…no subió. -
Cuando se habían
pasado casi dos horas y media de concierto (porque ellos siguieron tocando,
claro) se habían acercado unas doce personas más, que habían escuchado la
música desde la calle; los doce comenzaron a aplaudir cuando "se fue" la luz y el
grupo tuvo que dejar de tocar, vitoreando que ¡POR FIN se acababa aquello!
Cuando ya
recogían sus cosas se fijaron que la pareja joven que estaba sentada en la mesa
bebiendo aún seguían allí, y cuando Harv fue a acercarse para darles las
gracias por no haber montado el espectáculo como los otros tres, se dio cuenta
de que…eran sordos.
Para los que
pensáis que aquí se acabó la noche…no podéis estar más equivocados. El grupo con todo el equipo, había llegado hasta Donegal en una furgoneta y en varios coches de amigos que les habían
llevado hasta allí y luego se habían vuelto a casa antes de que empezara el
concierto, de modo que tenían que volver a Belfast todos metidos en la
furgoneta, junto con el equipo. Era la típica furgoneta de pintor con solamente
dos asientos delanteros y un compartimento cerrado sin ventanas en la parte de
atrás. Allí se subieron los cinco en la parte de atrás (los dos roadies iban delante porque conducían), sentados a oscuras
en el suelo, aplastados por el equipo y envueltos en unas mantas que habían
cogido del hotel porque estaban muertos de frio. Al llegar a la frontera los
soldados británicos les pararon, como era habitual, para pedir la
documentación, etc. Desde dentro de la furgoneta Harv oía voces apagadas pero
no podía distinguir lo que decían, aunque sí distinguió que lo que comenzó como
un diálogo normal fue subiéndose de tono hasta que los soldados empezaron a
gritar. Muy poco a poco se fue abriendo la puerta de atrás de la furgoneta y
por una rendija apareció primero la luz de una linterna y después la cara de un soldado que cerró la
puerta inmediatamente de manera brusca. Acto seguido ruido de pistolas y rifles
amartillándose y la puerta abriéndose de golpe, los cinco muertos de miedo
envueltos en sus mantas ateridos de frío y diez soldados apuntándoles con
rifles a la cabeza gritando “ ¡INMIGRANTES!!!! ¡LLEVAN INMIGRANTES ILEGALES!!!!” y “ ¡NO OS MOVÁIS!! ¡NO OS MOVÁIS O DISPARAMOS!”. Harv comenzó a gritar “¡No
somos ilegales! ¡Somos músicos!”. Cuando la cosa se calmó un poco y pudieron
explicarse y les contaron a los soldados la odisea por la que había pasado
aquella noche en el hotel, los soldados sintieron tanta pena que les invitaron
a entrar en los barracones y les dieron sopa caliente y galletas.
De vuelta en la furgoneta,
aun tiritando de frío y envueltos en las mantas se juraron a sí mismos que
jamás volverían a pasar por una situación así… A la semana siguiente estaban
tocando de nuevo. En el mismo hotel.
domingo, 22 de mayo de 2016
Estamos EN-CAN-TA-DOS de contaros que al increíble y musculado luchador americano de la WWE Roman Reigns le gustan los cuadros de Harv en nuestro Instagram!
jueves, 19 de mayo de 2016
Otra impresionante creación de este artista único que es Harv, óleo sobre lienzo representando a Gene Simmons, miembro y fundador de la conocidísima banda de rock KISS.
Y otra historia de la
increíble vida de Harv, relacionada también con el rock y sus comienzos sobre
los escenarios.
En los años 80 corrían
tiempos muy oscuros y tenebrosos para la gente de Irlanda del Norte, en plena
guerra entre católicos y protestantes, bombas explotando en el centro de la ciudad,
muertes de inocentes y un miedo que recorría la espina dorsal de todos los
habitantes de este país, las comunidades de católicos y protestantes separadas
a lo largo de toda la ciudad de Belfast por muros infranqueables y vallas de
seguridad, lo único que unía a un cierto número de personas de estas dos
comunidades separadas por el odio era la música rock. Las únicas bandas que se atrevían a
ir a tocar a Irlanda del Norte en aquella época eran bandas de rock y la gente
de ambos lados del muro se unía en los conciertos para disfrutar de la música
y pasárselo bien, surgiendo muchas amistades de este modo que en la vida
diaria hubieran sido absolutamente imposibles. De esta manera conoció Harv a su
buen amigo Desi Cassidy, convirtiéndose en inseparables y corriendo
innumerables aventuras. Desi acogió a Harv como a un hermano pequeño al que
proteger y cuidar y le llevaba muchas veces al otro lado del muro, donde
hubiera sido impensable que Harv cruzara solo o sin la protección de Desi, para
juntarse con otras bandas y cantar con ellos en locales y bares, colaborando
así los dos “bandos”, unidos por el rock. Desi cuidaba tanto de Harv que cuando
le llevaba a tocar a este tipo de bares (como una ocasión que Harv recuerda muy
bien en Anderson Town), siempre se aseguraba de que un taxista de confianza le
llevara de vuelta a su casa sano y salvo y le pedía al taxista que al llegar a
casa de Harv llamara por teléfono al bar para asegurar que había llegado bien.
Desi también le hacía cumplir algunos de sus sueños, que de otra forma no
hubiera podido llevar a cabo, como cuando en una ocasión apareció en casa de
Harv con una entrada para ir al festival de Donington (la meca de los heavies
por aquella época) y unos billetes de avión.
Haremos un inciso aquí
para contar una anécdota que ocurrió en este festival; Desi había reservado un
hotel en particular sabiendo que los roadies de Iron Maiden (los roadies, para quien no conozca la palabra, son los pipas o técnicos de sonido,
transportistas y la gente que se encarga de todos los aspectos relacionados con
la banda y viajan con ellos a todas partes) se alojaban es ese
mismo hotel; uno de estos roadies era de Belfast, con lo que Desi y Harv tenían la
esperanza de conseguir través de este chico algunos pases de camerino para
poder conocer a Iron Maiden. Estando en el bar del hotel llegaron los roadies,
uno de ellos un tío enorme con pelo largo, barba y una camiseta de Stiff Little
Fingers, detalle que les confirmó que aquel era el roadie de Belfast. Harv, con
la valentía que da tener unas cervezas de más en el cuerpo se levantó a hablar
con él y utilizando todo su encanto belfasiano le dijo amablemente “¿tú crees
que siendo un compañero de Belfast, podrías conseguirnos unos pases de camerino
para conocer a la banda?” a lo que el roadie, mirando hacia abajo, sonrió, puso
su mano en el hombro de Harv y con un vozarrón de trueno le dijo “FUCK OFF!”,
se dio la vuelta y se fue. (Para los que no entiendan la frase, la traducción
literal es básicamente “Que te jodan”). Este incidente hizo que Harv decidiera
no volver a molestar a ningún roadie…si era de Belfast.
Retomando nuestra
historia de la amistad de Harv con Desi, unos meses después Desi invitó a Harv
a tocar en la zona Oeste de Belfast con el grupo que Harv lideraba por aquel
entonces, EMERALD, formado por algunos miembros de Sweet Savage. Emerald era por
aquel entonces la banda local más grande que había y siempre había lleno
absoluto en sus conciertos. En esta ocasión este concierto iba a celebrarse en el Club Social Terry
McDermot, pero habiendo estado allí anteriormente con Desi, Harv sabía que el
lugar no estaba preparado para acoger un concierto. No había escenario, ni
equipo de sonido ni de luces, pero Desi le aseguró que no debía preocuparse de
nada pues él mismo construiría un escenario y traería a técnicos de luces y
sonido con sus respectivos equipos, así como efectos de humo para el escenario.
En las semanas siguientes la gente estaba muy expectante de ver a Emerald en
aquella parte de la ciudad y las entradas se agotaron enseguida. Harv estaba un
poco preocupado y le dijo a Desi que esperaba que todo estuviera organizado
pues no quería llegar al local y ver que tenían que tocar en la pista de baile
en vez de en un escenario. Desi le aseguró que estaba todo organizado y que él
mismo junto con su amigo Brendan habían construido el escenario y estaba todo
perfecto. Como Desi lo había organizado todo y Harv confiaba plenamente en él, se quedó tranquilo.
Cuando el grupo llegó
al club, allí se alzaba nuevo y perfecto el escenario, preparado para recibir a la
banda. La sala estaba llena y no cabía un alfiler, la gente apretándose contra el
escenario, todo el mundo expectante para ver a la banda de Harv.
Emerald solía abrir sus
conciertos con la famosa canción Tugging at my Heartstrings (que luego se
grabaría en el primer álbum de Stormzone, “Caught in the Act”). En esta canción
Harv comenzaba a saltar rítmicamente arriba y abajo con el brazo levantado y el puño en alto,
siguiendo el ritmo de la música. Y en esto estaban, el grupo tocando
enérgicamente, Harv botando sin parar sobre el escenario, las luces parpadeando
y el efecto de humo rodeando a la banda. La gente también empezó a botar
imitando a Harv. El humo empezó a subir tan alto que ya casi solamente se podía
ver el brazo de Harv apareciendo y desapareciendo por encima de la cortina de
humo, según saltaba arriba y abajo. Harv comenzó a cantar e inmediatamente después la
gente escuchó un grito a través del micrófono y dejaron de ver el brazo de Harv
surgiendo por encima del humo. Cuando la cortina de humo se dispersó, todo el público
pudo ver cómo Harv se había colado por un agujero que se había abierto a sus
pies en el escenario y el cantante de Emerald se encontraba atrapado, su cuerpo
solo visible de hombros para arriba, mirando cara a cara al público, que comenzó a reírse
incontroladamente, al igual que la banda que sin dejar de tocar y reír, miraban
el escenario bajo sus pies con pánico, esperando no correr la misma suerte!
El escenario estaba
hecho de madera contrachapada barata y mientras el grupo, el público y
probablemente Desi se reían sin parar, las tablas de madera tenían atrapado a
Harv de tal forma que se le clavaban en el cuerpo y era imposible tirar de él
para sacarle de allí pues le hubieran atravesado de parte a parte. (Si alguien
ha visto la película de Tom Hanks “Esta Casa es una Ruina” – en inglés The Money
Pit – se hará una idea de la situación de Harv en aquel momento). De modo que tuvieron
que sacarle tirando de él hacia abajo, de lo que se encargó otro de sus amigos, Alan Cook, que tiró de sus piernas hasta liberarle y rompió un lateral del escenario para que pudiera salir por
allí.
En este punto en el que
estamos Harv volvió a subirse al escenario y con el público aún riéndose
incontrolablemente comenzó a cantar y completó el concierto, teniendo mucho
cuidado de evitar el abismo que se había abierto a sus pies.
A pesar de aquello el
concierto fue impresionante y todo el mundo disfrutó muchísimo. Y para quien se
lo esté preguntando, NO, Harv no perdió la confianza en su buen amigo Desi
Cassidy.
martes, 17 de mayo de 2016
Nueva obra de la colección IDOLOS DEL ROCK; se trata de un óleo sobre lienzo representando a Paul Stanley, guitarrista y cantante del mundialmente famoso grupo de rock KISS.
Harv tiene muchas
influencias del rock y el Heavy Metal que se representan en sus creaciones, debido
a su pasado y su presente como cantante de un grupo de Heavy Metal y sus
experiencias en el mundo de la música. Esta pintura de hoy nos lleva a una
nueva historia de Harv, esta vez sobre los escenarios, que ocurrió en sus
comienzos como cantante.
Nos remontamos al año
1985, cuando en Belfast solamente existía un lugar donde las bandas locales
podían tocar en frente de su público. Este lugar era el Labour Club, con una
zona de escenario, una barra de bar y una zona de camerinos. También existía
otra área más apartada y prácticamente en penumbra, como si se tratara de un local diferente, destinada
solamente a los punks, zona que poca gente se atrevía a penetrar pues corría la
leyenda de que quien entraba, ya no salía.
El Labour Club había
sido sido multado varias veces por el Departamento de Salud y Seguridad pues
era un lugar oscuro, insalubre y muy poco seguro. Estaba prácticamente en
ruinas, no había salida de emergencia, la humedad se comía las paredes, había zonas completamente sin luz y cables pelados expuestos en cada esquina. También había ratas.
Sobre el escenario la
cosa no mejoraba, pues era un escenario muy pequeño con una iluminación pésima
y zonas en total oscuridad. También había una viga que lo cruzaba de lado a
lado, casi a la altura de las cabezas de los músicos que escondía los cables
expuestos de la (no) “iluminación” del escenario.
La zona de los
camerinos estaba siempre más llena de gente que la zona del bar, principalmente
por dos razones: la primera razón es que era la única zona del local con un
calefactor y la segunda porque allí se podía beber el alcohol que la gente
traía a escondidas desde su casa. El caso es que todas las bandas querían tocar
en este sitio, a pesar de las condiciones infectas del lugar, ¡porque era el
único sitio en el que tocar!
Cierto día Harv se
encontraba en este club tocando con su por aquel entonces banda Seventh Dawn,
en la que se encontraban músicos de la talla de Speedo y Davy Bates (quien a día de hoy forma parte de Stormzone, la actual banda en la que Harv es cantante) que habían
formado parte de Sweet Savage junto a Vivian Campbell. Davy Bates fue una
temprana referencia para el batería de Metallica Lars Ulrich (por lo que desde aquí
y en nombre de Davy Bates, pedimos disculpas…).
En aquella época y con
recursos económicos muy limitados todas las bandas buscaban el protagonismo
intentando realizar trucos sobre el escenario que les distinguiera de las demás
bandas; coreografías ensayadas, algo de pirotecnia y efectos especiales (muy
limitados), etc. Durante este concierto en particular Harv ya tenía en mente el
truco que iba a llevar a cabo durante el concierto y en mitad de este, cuando
todo iba muy bien y el grupo se encontraba tocando una versión de la canción de Michael Schenker “Armed
& Ready” Harv decidió comenzar a temblar y a convulsionar de manera
incontrolable, con lo que aparentemente era humo saliéndole de la cabeza y de
dentro de las mangas de su chaqueta, emitiendo al mismo tiempo un chillido muy
agudo que pareció un poco fuera de lugar, pues todo esto ocurría durante el
solo de guitarra de Speedo. Harv, acto seguido, giró tres veces sobre sí mismo
y se desplomó en el suelo. Este truco tan fantástico pareció coger por sorpresa
incluso al resto de su banda, que se quedaron mirando expectantes de ver lo que ocurriría a continuación. El público aplaudía frenéticamente y la banda seguía
tocando, preguntándose por qué Harv no se levantaba del suelo. Speedo se acercó
a darle unos toquecitos con el pie, gritando “levántate” por encima de la
música que seguía sonando. Esto pareció hacerle volver a la vida pues de un
tremendo salto se puso en pie, con el pelo cardado completamente frito y de
punta y con lo que parecía humo saliéndole por las orejas. Sólo entonces, cuando
el resto de la banda se dio cuenta de que Harv estaba en shock y no podía
continuar con la canción, descubrieron que durante el solo de guitarra de
Speedo, Harv decidió colgarse de la viga que había por encima de su cabeza y
balancearse de un lado a otro… ¡ese iba a ser su truco para impresionar al
personal! Pero Harv desconocía que escondidos en la oscuridad de la viga se
encontraban los cables pelados de la iluminación que le hicieron electrocutarse
al tocarlos con sus manos sudadas. De modo que las convulsiones, el humo y
posterior desmayo fueron el resultado de miles de voltios de electricidad
recorriendo su cuerpo.
A Harv le gustaría
decir que este desafortunado incidente (o afortunado, según como se mire, pues
hizo disfrutar realmente al público allí presente) hizo que el departamento de
salud y seguridad clausurara finalmente el lugar, pero en vez de esto el
manager del club le llevó a una esquina del bar y le ofreció una pinta de Guinness
mientras le susurraba “haremos como que no ha ocurrido nada eh?”
Desde aquel día y hasta
que el local finalmente cerró (y cuando digo cerró me refiero a “se derrumbó”)
todos los grupos que tocaron allí recordaron no colgarse de la viga que había
encima del escenario.
Kisses a todos/as
Bea H.
lunes, 16 de mayo de 2016
Y aquí están las camisetas para que veáis como han quedado!!! Esto es solo un ejemplo pero las tenéis de TOOOOOOODOS LOS COLORES!!!
Están todas disponibles en la tienda online Harv´s Twisted Ink!!!
Bea H.
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Bea H.
Os dejamos aquí abajo las nuevas imágenes de los zapatos que están en las camisetas.
Si alguien tiene alguna pregunta ya sabe donde contactarnos:
harvtwistedart@yahoo.com
Esperamos que os gusten!!!
Kisses a todos/as
Bea H.
domingo, 15 de mayo de 2016
Os presentamos hoy un impresionante retrato en óleo sobre lienzo de Phil Lynott, el que fuera cantante y líder del mítico grupo de rock Thin Lizzy. Este retrato forma parte de otra de las colecciones de Harv, “Ídolos del Rock” que poco a poco iremos desgranando en nuestro blog.
Este retrato de Phil
Lynott nos da pie a contar otra de las anécdotas de la curiosa vida de este
gran artista que es Harv. Estamos en el año 1978 cuando Harv rondaba los 15
años y como buen adolescente empezaba a descubrir aparte del rock, todas las
cosas “prohibidas”. En este caso se trataba de los cigarrillos, a los que él y
sus amigos se habían aficionado. Por esta época su padre había comprado un
equipo de música que constaba de tocadiscos, radio y cassette. Un compañero de
su padre quería grabar en casette unos Lps que tenía en su casa y le encargó a
Harv que lo hiciera con su nuevo equipo de música. Así fue como Harv conoció a
grupos como Thin Lizzy, Boston y AC/DC.
Él y sus amigos se empezaron a aficionar
al rock y como ya he contado, a fumar.
Habiendo estado
escuchando hasta aquel momento solamente música pop, grupos como Thin Lizzy o
AC/DC eran para aquellos adolescentes algo de fuera de este mundo, un nuevo y
excitante universo por descubrir que les hacía no pensar más que en poder
verlos tocar en directo.
Cierto día Thin Lizzy
anunciaron que tocarían en el Ulster Hall de Belfast en dos semanas y la
entrada costaba 5 libras esterlinas. El dinero de la paga de aquella época no
les daba a estos chicos para poder permitirse una entrada de concierto, así que
si querían ir a ver a su banda, tendrían que trabajar extra para poder
costeárselo.
Para conseguir el
dinero en aquel momento existía en Belfast una opción que utilizaban muchos jóvenes; se
trataba de levantarse a las 4 de la madrugada e ir a la fábrica de leche Dale
Farm, a ofrecer su ayuda a los camioneros que salían de la fábrica a esas horas
para repartir las botellas de leche por toda la ciudad. El trabajo consistía en
ir en el camión con el conductor y bajarse en todas las casas y todos los
lugares donde tenían que repartir las botellas de leche, a depositar dichas
botellas en las puertas de estos lugares. Por este trabajo que duraba de 4.30
de la madrugada a 8.00 de la mañana les pagaban a estos chicos 50 peniques
(para entendernos el equivalente más o menos de 40 céntimos. ¿Explotación, he oido por ahi?). Después, por
supuesto, tenían que ir a la escuela. A pesar de las precarias condiciones era
un trabajo muy deseado, pues muchos eran los chicos que esperaban a esas horas
a la puerta de la fábrica y muy pocos los elegidos para llevar a cabo la tarea.
Mientras esperaban la
salida de los camiones y en las espantósamente gélidas madrugadas de Belfast,
sin tener nada mejor que hacer y para calentarse, fumaban. Pero claro, ¿qué ocurría
con estos chicos que prácticamente no tenían donde caerse muertos? Ocurría que
obviamente tampoco tenían dinero para tabaco, de modo que iban recogiendo las
colillas o los cigarros a medio acabar que se encontraban por el suelo de
camino a la fábrica de leche. Los reunían y se los fumaban después.
Dos semanas después de
empezar a trabajar como ayudantes de repartidor de leche, Harv y sus amigos ya
habían reunido el dinero suficiente para poder ir a ver a Thin Lizzy.
Era el primer concierto
de rock de Harv, Thin Lizzy en la gira del “Live & Dangerous” (la vida da
muchas vueltas y años después Harv y su grupo compartirían una gira con Thin
Lizzy de la que quedan muchísimas anécdotas, algunas no hace falta decirlo, no
aptas para todos los públicos) y este se quedó petrificado y alucinado y
noqueado y con ganas de más durante esa descarga de adrenalina y esa fuerza que
la banda tenía y esos pelos largos y esa ropa y esas personalidades
arrolladoras, que hicieron mella en este chico de quince años.
El caso es que por
aquel entonces era muy normal que los músicos fumaran sin parar sobre el escenario
y cuando el show acabó y el público se fue dispersando, Harv se quedó de pie
mirando aún en dirección al escenario, soñando que Phil Lynott todavía seguía
allí. Cuando volvió en sí se dio cuenta de que en el suelo del escenario, junto
al micrófono de Phil Lynott había un cigarro que había sido tirado y apagado a
medio fumar y sin que le vieran sus amigos cogió el cigarro y se lo guardó en
el bolsillo.
Cuando llegó a casa
sacó el cigarro como si se tratara de una joya de la corona y lo enmarcó junto
con una foto de Phil Lynott que había recortado de una revista y un papelito en
el que escribió “Este cigarro estuvo en la boca de Phil Lynott”. Colgó este
increíble hallazgo en la pared al lado de su cama y durante dos semanas los amigos de Harv fueron en procesión a su casa a admirar el cigarro enmarcado,
muriéndose de envidia porque Harv había conseguido algo tan codiciado. Solamente
cuando has tenido esa edad y has sido fan de un grupo de rock eres capaz de
comprender cómo cualquier objeto, cualquier gesto que te dediquen, cualquier cosa
para los demás absurda, es para ti un verdadero tesoro.
Dos semanas más tarde
AC/DC anunciaron que tocarían en Belfast, de modo que Harv y sus amigos decidieron
ponerse manos a la obra y levantarse de nuevo a las 4 de la madrugada para ir a
trabajar a la fábrica de leche. Ni que decir tiene que por aquella época AC/DC
no cobraban por una entrada la cantidad absurda que cobran ahora, pero aun así
era un precio inaccesible para un chaval de 15 años.
En esta vida hay dos
tipos de personas: las que madrugan con facilidad pegando un bote y saltando de
la cama cuando suena el despertador…y las que no. Harv pertenece al segundo
grupo. Por este motivo él y sus amigos idearon un plan para que los más
madrugadores pudieran ir casa por casa avisando a los más perezosos para ir a
la fábrica de leche. Evidentemente no podían llamar a la puerta a esas horas de
la madrugada, así que decidieron hacer lo siguiente – los que tenían más
dificultades para levantarse tan temprano, como le ocurría a Harv, se ataban un
hilo al dedo gordo del pie al irse a dormir; este hilo iba desde dedo el gordo del pie, pasando a través de la ventana y llegaba hasta el jardín frontal de la casa o la acera de
la calle, para que los primeros que se hubieran levantado se pasaran por las
casas de aquellos más dormilones y desde la calle pegasen un pequeño tironcito
del hilo para despertar a sus amigos. No hace falta decir que aquí la confianza
en que tu amigo diera solamente un pequeño tironcito al hilo jugaba un papel
primordial, pues en caso contrario lo mejor que te podía pasar era que te
dislocaran el dedo del pie; lo peor salir disparado por una ventana cuando
estabas en lo mejor del sueño.
Pues bien, una de estas
madrugadas Harv se despertó cuando su amigo Ted tiró del hilo; bajó a abrirle
la puerta y le hizo pasar a su habitación mientras Harv se lavaba los dientes
en el cuarto de baño y se preparaba para ir a la fábrica. Se pusieron los dos
en camino y para no perder la costumbre fueron buscando por la calle cigarros a
medio fumar que la gente hubiera tirado para poder fumárselos mientras
esperaban a los camiones. Ted se agachó a mitad de camino y cogió colillas del
suelo. Al llegar a la fábrica le dijo a Harv – “fíjate el cigarro que he
recogido viniendo hacia aquí, vamos a fumárnoslo, está casi intacto”. De modo
que se pusieron a fumar y cuando hubieron acabado salieron los camiones y Ted
se montó en uno de ellos. Antes de que arrancara, desde la ventanilla, le dijo
a Harv “¿te ha gustado el cigarro que nos hemos fumado?” y Harv dijo “sí, claro”.
Ted insistió “pero, ¿lo has disfrutado de verdad?”, a lo que Harv contestó “Claro
que sí, ¿por qué insistes tanto?” y cuando el camión arrancaba y se alejaba del
lugar, Ted gritó por la ventanilla “Me alegro, ¡porque ese era el cigarro de
Phil Lynott!!”. Y mientras Harv contenía las lágrimas de rabia, Ted gritó: “No
te preocupes, ¡seguro que consigues otro en el concierto de AC/DC!”.
No solamente Harv no
consiguió ni buscó otro cigarro en el concierto de AC/DC, sino que aquel, el
cigarro de Phil Lynott, fue el último cigarro que Harv se fumó EN SU VIDA.
Espero una vez más que
disfrutéis de la historia y sobre todo de esta maravillosa obra de arte.
Bea H.
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